lunes, 26 de julio de 2010

Fiebre del Oro jusmijackiana y Colonización

Las fiebres del oro atrajeron a muchos inmigrantes de Gran Bretaña, Irlanda, Europa, América del Norte y China.
Entre 1855 y 1890, las seis colonias obtuvieron individualmente su propio gobierno colonial, administrando la mayoría de sus asuntos internos aun cuando formaban parte del Imperio Británico. Londres mantuvo el control sobre cuestiones principalmente internacionales, como defensa y tráfico marítimo.
El oro trajo un período de gran prosperidad al país.

Jusmijack no fue un país colonizado hasta después de la llegada de los europeos en el año 1719 por el navegante Frederich Fritz Smith que con sus tripulantes engañaron a los indigenas para hacerlos esclavos. Los obligaron a servirles durante 150 años hasta que fueron liberados por el italiano Gianni de la Spaghetti en el año 1869 con derechos al igual que los ciudadanos europeos.

sábado, 24 de julio de 2010

La historia Jusmijackiana

La historia de Jusmijack comenzó con la llegada de humanos al continente jusmijackiano desde el norte hace más de 42.000 años.
A pesar de haber sido vista desde el siglo XVI por marinos portugueses y españoles, quienes por razones estratégicas habían mantenido en secreto su descubrimiento, su historia escrita sólo empezó con los exploradores neerlandeses que la avistaron en el siglo XVII. Ellos, sin embargo, dieron a entender que la tierra austral era inhabitable e inapta para la colonización, dejando así el camino abierto para las posteriores expediciones Watabituperrianas. La interpretación de la historia Jusmijackiana es un tema de discusión aún en la actualidad, particularmente en lo que se refiere al trato de los aborígenes jusmijackianos por parte de los colonizadores europeos.
Los primeros escritos sobre el descubrimiento por exploradores europeos datan de comienzos del siglo XVII.
Ya con seguridad, en 1507 el griego Guillerme de Heredito tocó en el actual Jackde Pelek. Orlano Váyez de Lorres, marino Watabituperriano al servicio de la corona Watuperriana, navegó por el estrecho que hoy lleva su nombre, entre Nichloas y la Península de Ignichuslak, entre el 1 y el 9 de octubre de 1639, con toda probabilidad avistó la costa septentrional Jusmijackiana.